Interminables anteayeres
renuevan en mi
esta contradicción y complemento
la alegría interminable
por verte venir
por sentir tu aroma
al menos
una vez más.
Acércate a mí
Déjame recordar lo que se sentía
viajar por la magia de tus besos.
Tu presencia
es mi luz
en mi profunda oscuridad.
Y cuando las vanidades invaden nuestra vida
sin saber que hacer
te espero
mientras sueño